La grandeza de la democracia no se mide solamente en cuánto te permite ésta expresarte, cuanta libertad te da o cómo abandera la igualdad entre los ciudadanos; la grandeza de una democracia se mide también en cómo y con qué soltura ejercen dicha libertad sus ciudadanos y cómo deciden ser partícipes del juego político y democrático. Es por ello que con esta publicación inauguro este humilde blog en el que quiero expresar mi opinión y mi punto de vista político y social actual (aunque a lo mejor algún día hable de algo más) y en el que me acompañarán aquellos que quieran dar su opinión sin ningún tipo de acritud. Es importante ser valiente ahora que muchos dicen que hay ideas que caducan solas o que desprecian el trabajo de los que pensamos por nosotros mismos en contra de lo que nos han querido inculcar otros. Nos dicen que somos unos radicales por pensar por nosotros mismos, ya que cuando te dicen aquello en el instituto de "debéis pensar por vosotros mismos sin que nadie os diga lo que tenéis pensar", lo que en verdad quieren decir es "aquellos [que el profesor entiende como "los malos"] son muy malos y quieren que pienses como ellos porque son malos, por eso tienes que ignorarlos y llevarles la contraria porque, no sé si os lo he dicho, pero, son malos". Pues no sé si yo seré malo o no (mis profesores seguramente pensarán que sí y que soy un error de programación del Plan 2000), pero lo que tengo claro es que voy a defender lo que creo, sin caer en la trampa de los dogmas y cerrarme a poder rectificar o cambiar de opinión en algunos tópicos del día a día tan cambiante. Y podrás preguntarte, querido lector: ¿Y en qué cree éste que escribe? Pues sencillamente en los pilares de la democracia: la separación de poderes, los derechos y deberes de los ciudadanos, y el estado de derecho como bases del funcionamiento de una sociedad moderna, ya que sin esos fundamentos de nada sirve la socialdemocracia, el liberalismo o el conservadurismo, pues al final son ideas que fuera de la democracia pueden caer en la tentación inevitable de convertirse en ideas que perviertan a la sociedad cuando el poder político escapa del control de los ciudadanos. Sed bienvenidos para leer y disfrutar.
Sillero Delgado.
Veintiuno de febrero de dos mil veinte, Terrassa.
Comentarios