Estos días están siendo bastante movidos en los político, en lo judicial, en lo electoral,... En casi todo. Por un lado, tenemos la sorpresa de la abstención de VOX en la votación que, según muchos dicen, ha dado carta blanca al gobierno de la nación para manejar los Fondos Europeos.
En lo judicial, vuelven a salir cientos de miles de personas a defender a Pablo Hasél tras ser llamado para entrar en prisión tras ser condenado en un juicio con todas las garantías procesales y con el respeto máximo a sus derechos como ciudadano español; una defensa basada en el ataque sistemático al poder judicial y la separación de poderes, que trata de tildar España de estado tercermundista que compromete la libertad de las personas que en él viven.
Y en lo electoral, las redes sociales se están volcando en una campaña electoral catalana muy dura en lo que se dice y en lo que puede suceder en materia de voto por correo. Una gran masa de electores, la gran mayoría relacionada con VOX, prepara ya una táctica basada en que en caso de que el voto por correo sea notorio y que gane los comicios un partido que no guste por parte de la formación ultraconservadora, se deslegitime el sistema democrático español.
En cuanto a lo primero, de los fondos europeos, no quiero entrar a debatir si se ha hecho bien o se ha hecho mal por parte de cada partido; yo tengo mi opinión al respecto y dudo que pueda convencer a otros en estos tiempos de "hooliganismo político". Lo que está claro es que dicha votación ha demostrado una falta de espíritu crítico terrible entre el votante medio de VOX. Estos oscilan entre la justificación débil y ridícula, y la culpa al Partido Popular por no haberse abstenido junto a ellos como estaba previsto. Pero ninguno (que yo haya visto, por supuesto) ha sido capaz de admitir que su formación política de confianza ha sido incoherente en su voto con lo que había expresado en su turno de palabra del debate parlamentario. Ya no digo decir que se han equivocado y que los efectos del resultado de dicha votación va a ser perjudicial, porque eso va a gustos; pero ojalá pudieran mínimamente admitir que VOX no ha estado fino en ese movimiento. Entiendo que no lo haga un afiliado o un mandatario de VOX; pero una persona que se limita a votarles y que no están vinculados a ellos sean más papistas que el Papa, demuestra que no hay ese espíritu crítico que hoy más que nunca necesitamos.
En el caso de Pablo Hasél, reconozco que acabé recientemente muy derrotado anímicamente por las conversaciones que tuve. Hice el pequeño esfuerzo de leerme la sentencia por el que la Audiencia Nacional condenó a éste y a otros sujetos a dos años y un día de prisión. Como di por hecho que nadie se la iba a leer íntegra, decidí subrayas las letras más llamativas al respecto (adjunto sólo cuatro pantallazos):


Decidí compartir la sentencia (subrayada) en redes sociales y con varias personas que habían defendido a capa y espada a este sujeto desde hace años. Muchos de ellos, a pesar de todo, le seguían defendiendo. Las conversaciones eran muy ridículas: "- ¿Crees que enaltecer un grupo terrorista y desear la muerte a X sujeto está bien?", "+No", "-El honor de las personas se ha de defender penalmente, cuando hay ataques muy graves, ¿Cierto?", "+Sí", "-Por lo tanto, Pablo Hasél va a la cárcel con motivo", "+No, jaja". Sinceramente, agotador (no sé para qué me esfuerzo si sé cómo acaba la cosa siempre).
Lo discutí con personas que se están formando para ser juristas, personas que estudian humanidades, personas que estudian ciencias. No todos me llevaron la contraria, por supuesto; pero demasiadas personas me intentaron justificar a este señor. Si no lo justificaban intentaban desviar la atención hablando de las presuntas tramas de corrupción del Rey Emérito, de no sé qué caso de corrupción del PP que acabó en nada, que si no digo nada de Franco (no sabía que Franco era rapero y que seguía vivo),... Todo lenguaje periodístico masticado, tragado y vomitado en una conversación tras otra. Como último recurso, decir que en España no hay separación de poderes y que no somos una democracia. Cuando me dicen eso, me gusta acudir a la web de
Freedom House España, la cual evalúa la calidad judicial española en un 14/16 y desbarata con mucha sencillez la mentira de la intervención política.
Aunque creo que sería suficiente señalar que Hasél, desde que se dicta sentencia en 2017, ha visto cómo gobernaba el PP, PSOE y PSOE+UP y ninguno ha intervenido para agravar o atenuar su pena. O todos son muy fascistas y totalitarios, o será que en España la justicia funciona bien.
Por cierto, y creo que es de justicia decirlo: muchas de las personas que aprovechan este caso para deslegitimar el sistema son, entre otros, votantes, simpatizantes o dirigentes de Unidas Podemos, que son parte del gobierno de la nación, ¿Si tan poca separación de poderes hay en España, por qué no han reprendido a los magistrados que condenaron a Hasél para que no haya condena? ¿Se ha vuelto Unidas Podemos una formación ultraderechista?
Y por supuesto, también han aprovechado otros enemigos de la democracia española para tratar de hacer sangre, como ERC, PDeCat, EH Bildu,... Sí, esos que se llenan la boca de democracia pero luego en las universidades persiguen, acosan y agreden a los estudiantes que no siguen sus líneas ideológicas.
Yo entiendo que haya personas que, por razón de su ideología política, crean que NINGÚN ataque verbal que no sea constitutivo de amenaza pueda ser punible; da igual que te digan "Ojalá vuelvan los GRAPO y se líen a tiros con los militantes del Partido Popular" o que digan "Violo a X personas cuando quiero"; hay personas que creen que eso no debe ser constitutivo de delito (personalmente, no opino igual). Pero eso es un tema de debate muy distinto y al que podemos dedicarle una publicación próximamente.
Y por último, sobre la deslegitimación del sistema, de nuevo hablo de VOX y sus movimientos en redes sociales a lo que pueda venir el próximo 14F. De momento, la enorme mayoría de las personas que han dudado en la confianza del voto por correo español son personas que afirman que votarán a la formación de Abascal, y que si se vota por correo se manipularán los votos:

La estrategia es similar a la que usó en su día Donald Trump: 1) Decir que el voto por correo está manipulado. 2) Si gana el PSC o los independentistas, ha sido pucherazo. Si no, no se dice nada.
He visto en numerosas ocasiones cómo se lleva a cabo el recuento en varios procesos electorales, y a pesar de que se avecina un proceso atípico en el cual el control sobre el recuento no es tan exhaustivo como en otras ocasiones, no me cabe duda de que se garantizarán nuevamente los derechos de todos los electores. Es un error desconfiar de España como democracia, pues nuestro sistema ha demostrado en los último cuarenta años ser uno de los modelos democráticos más admirados por el mundo, y del cual muchos estados latinoamericanos toman ejemplo. La desconfianza en el sistema es la caída del mismo, ya que, como suelo decir siempre, si no se confía en el buen funcionamiento de nuestra democracia, que es calcada a las democracias avanzadas, pues deberíamos plantearnos desmontar el TC, el Poder Judicial, las Cortes Generales,... y establecer una anarquía en la que seguro que no habrá que desconfiar de ningún sistema.
En definitiva, que no quiero irme por los Cerros de Úbeda, de nuevo la gente reproduce sistemáticamente un mismo mensaje a pesar de que sea ajeno a la realidad y la reflexión. De nuevo, cero espíritu crítico.
Hace no mucho, con un grupo de conocidos (casi que amigos, por la confianza que tenemos en decirnos las cosas), disfrutamos de una ponencia de Fernando Ruíz, doctorando e ingeniero, sobre el espíritu crítico; más allá de matices, todos estuvimos de acuerdo en que dicho espíritu es un bien que escasea en la sociedad actual y que debemos recuperar poco a poco. Muchos culpan a la sobreinformación y el márquetin político; otros, a la sobrepolitización de las cosas; pero todos sabemos que es un bien que escasea. Quizá la solución sería, y es sólo una sugerencia, que los profesionales de cada rama (juristas, politólogos, funcionarios públicos, ingenieros, historiadores,...) salieran a defender lo suyo para no permitir cualquiera pueda colar una información no veraz en una materia y que acabe siendo una constante entre la opinión pública. Pero, siendo sinceros, los profesionales de cada materia tienen demasiado trabajo como para preocuparse de la ignorancia de personas que prefieren ser engañados que abrirse a conocer de primera mano aquello que es necesario si se pretende trabajar el espíritu crítico: Conocimientos.
Sillero Delgado
Terrassa, treinta y uno de enero de dos mil veintiuno
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